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“Soy quien soy.
Una coincidencia no menos impensable
que cualquier otra.”

Wislawa Symborska

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12 Oct 2021

Los pequeños dioses

Post by Rowena Hill

El Universal, junio 1997

Para quien trata de entender las geografías y jerarquías de nuestro mundo interior, las emociones constituyen un tema a parte. Son personales y al mismo tiempo no lo son. No nos pertenecen individualmente, como las reacciones compuestas de sentimientos y de juicios de valor que se llaman en inglés feelings; y son más humanos que los instintos básicos que comparten los animales y de los cuales aparentemente surgen en el proceso de la evolución. Están emparentadas con nuestra capacidad de imaginar, de crear imágenes. Cabe concebirlas como pequeños dioses quienes, a veces en los momentos menos esperados, saltan de sus pedestales y empiezan a danzar, rompiendo – en muchos casos – el orden ya precario de nuestra psiquis. Un ataque de rabia, por ejemplo, parece llegar de más allá de nosotros, y sentimos que no es del todo justo que se nos considere responsables de sus consecuencias.

¿Cuáles y cuántas son esas potencias? No existe un acuerdo general sobre el asunto. Una repuesta la dieron los hindúes, en la época alta de la cultura sánscrita (IV-VI siglos d.C). Su teoría estética estaba basada en los rasas (sabores), una serie de emociones, consideradas las principales, de las cuales una sola – en su forma refinada, artística – tenía que dominar una obra poética o de teatro para que fuera considerada armoniosa y aceptable. Las ocho emociones son: amor erótico, firmeza heroica, repulsión, ira, humor, terror, lástima, asombro. Algunas autoridades incluían también la paz o tranquilidad (shanta), otras no, por considerarla un estado superior a las demás que potencialmente las envuelve. Esta disputa señala hacia el desarrollo en la literatura (y la religión, y la experiencia) que se produjo unos siglos más tarde con el movimiento bhakti, donde los rasas son reinterpretados – llevados a otro nivel – a la luz de la devoción mística.

Es evidente que la lista original refleja las preocupaciones de una sociedad específica; la presencia de la repulsión, por ejemplo, nos puede sorprender si no tomamos en cuenta la importancia de la oposición pureza/contaminación para los hindúes. Sin embargo, tiene sentido: consiste sólo de emociones arquetípicas – dioses – ; todo sentimiento inevitablemente comprometido con el yo personal (como por ejemplo la felicidad o la esperanza) está excluido. No toma en cuenta consideraciones éticas.

El budismo tiene otra perspectiva sobre el asunto. Todas las emociones en la forma en que los seres suelen vivirlas son negativas. Se distinguen cinco “venenos”: orgullo, ansia, pasión, ignorancia e ira; son nuestros peores defectos. Sin embargo, como todos ellos tienen un aspecto impersonal, en el breve momento de su aparición (antes de caer en el yo y en lo material) son la manifestación primordialmente pura de cinco sabidurías.

Somos occidentales. Nos cuesta considerar enteramente negativo el drama de nuestra vida aquí en la tierra, y estamos acostumbrados, además, a apreciar las sutilezas de nuestras emociones menores y nuestros feelings. Los siete pecados capitales cristianos no excluyen las vivencias coloreadas por emociones positivas. Con todos nuestros egoísmos, hemos vivido también en un espacio no impersonal sino inter-personal, de relación, producto del énfasis que pone el ámbito cristiano en la persona y poblado de dioses descendientes de los antiguos, más pequeños quizás, pero refinados y bonitos: respeto, por ejemplo, y ternura.

El éxito que están teniendo actualmente las obras (más que todo las películas basadas en ellas) de Jane Austen y E.M.Forster, dos grandes expertos en retratar relaciones inteligentes y responsables, demuestra nuestra añoranza por experiencias sentimentales de este tipo. Sentimos que la vida nos la ofrece cada vez con menos frecuencia. ¿Es posible que el capitalismo, con su énfasis exclusivo en el interés – como meta y como base de las relaciones – este cerrando el espacio de las emociones sutiles? ¿Volveremos a ser dominados por los dioses viejos en su forma cruda? A juzgar por los best sellers – y por el comportamiento de las personas que supuestamente son responsables de nuestro destino – es bastante probable.

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